Llamadas a cuidar la casa común (carta de Yolanda Bocanegra)

No será posible comprometerse en cosas grandes sólo con 

doctrinas sin una mística que nos anime, sin «unos móviles 

interiores que impulsan, motivan, alientan y dan sentido a la

acción personal y comunitaria”. (E. G. 261)


LLAMADAS A CUIDAR LA CASA COMÚN


Queridas hermanas:
Todavía con la novedad de un nuevo año, junto con él abrigamos la esperanza de que “un mundo distinto es posible” porque estamos convencidas de que “todo está conectado”, nuestras acciones, tienen incidencia en el resto del universo.
          Así nos lo recuerda el Papa en la Encíclica “La mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes, y esto debería provocar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y de fraternidad.” (L.S.201) “Por eso, no pensemos sólo en la posibilidad de terribles fenómenos climáticos o en grandes desastres naturales, sino también en catástrofes derivadas de crisis sociales, porque la obsesión por un estilo de vida consumista, sobre todo cuando sólo unos pocos puedan sostenerlo, sólo podrá provocar violencia y destrucción recíproca.”(L.S.205).
          Hace cinco meses -en agosto de 2018- llegaba a nuestras manos la primera carta en la que se nos convocaba a participar en la “Campaña de la UISG (Unión Internacional de Superioras Mayores) 2018-2019: “Sembrar esperanza para el planeta”. En ella se recordaba, el lema del último Capítulo General: “Caminando hacia una conciencia global, ecológica y solidaria, vivimos la misión como discípulas de Jesús en un mundo en cambio”. Así recibíamos la invitación a tomar parte activa en esta campaña. 
          A lo largo de estos meses hemos realizado algunas actividades y pequeños gestos, a nivel personal o comunitario y, algunos de ellos, los hemos socializado en nuestro entorno más cercano, local, Zonal… hace falta que los difundamos a nivel congregación, sabemos que las buenas prácticas contagian y animan.
          Estamos a tiempo de seguir siendo solidarias con el planeta y con aquellas personas que vienen detrás de nosotras. En estos tres meses, que terminarán con la celebración del día de la tierra el 22 de abril, sería bueno realicemos gestos que hablen de ser cada vez más cuidadoras de la creación y sentirnos parte importante de ella. 
       Sería bueno que nos preguntáramos, desde la experiencia de nuestra vida y de nuestras relaciones personales, ¿qué destaco especialmente del contenido de la sección de la encíclica L.S. ecología de la vida cotidiana (nn.147-155)? 
          Ante esta afirmación: «Hace falta cuidar los lugares comunes que acrecientan nuestro sentido de pertenencia, nuestro arraigo, nuestro sentimiento de “estar en la casa” dentro de la ciudad que nos contiene y nos une.» ¿Qué situaciones de nuestra realidad cotidiana nos vienen a la cabeza? 
       En el mes de febrero tendremos desde la UISG, materiales que nos pueden ayudar, hoy puedo facilitar alguno que podemos utilizar si lo vemos conveniente.
MATERIALES       

         A partir del mes de marzo hasta el 25 de abril, tendremos la evaluación por parte de la UISG de cómo hemos vivido la campaña. Recordemos además que, en el mes de mayo, las superioras generales se reunirán en Roma, Lillian participará en esa reunión y, dentro de su agenda de trabajo, un punto será esta evaluación y ahí estamos comprometidas como Congregación.

            Como ven, la intención de esta carta es recordarnos el momento en el que estamos, para tener presente en nuestras programaciones, acciones y gestos personales y comunitarios, este compromiso con LA CASA COMÚN y con la campaña “SEMBRANDO ESPERANZA PARA EL PLANETA”. 
          Sería muy bueno que nos propongamos socializar todo lo que vamos viviendo y haciendo en relación con este tema, según las posibilidades de cada comunidad: enumerar acciones y/o actividades, narrar algún hecho, presentaciones en power point, etc, y si hay algunas fotos que lo acompañen.
Podemos enviarlo al correo: comunicacion@siervasdesanjose.org
           Cada una de nosotras nos movemos en comunes y en diferentes ambientes, en esos espacios sigamos atentas a poner pequeñas señales del Dios que salva, al mismo tiempo que vivimos en armonía con todo lo creado.
        Nos recuerda el Papa en la Encíclica L.S. Nº 84 “Cuando insistimos en decir que el ser humano es imagen de Dios, eso no debería llevarnos a olvidar que cada criatura tiene una función y ninguna es superflua. Todo el universo material es un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros. El suelo, el agua, las montañas, todo es caricia de Dios. La historia de la propia amistad con Dios siempre se desarrolla en un espacio geográfico que se convierte en un signo personalísimo, y cada uno de nosotros guarda en la memoria lugares cuyo recuerdo le hace mucho bien. Quien ha crecido entre los montes, o quien de niño se sentaba junto al arroyo a beber, o quien jugaba en una plaza de su barrio, cuando vuelve a esos lugares, se siente llamado a recuperar su propia identidad”.
         Con los mejores deseos de seguir posibilitando -tal y como lo hizo Jesús- el encuentro con Dios y con nuestros hermanos y hermanas en los caminos ordinarios de la historia, cuidando y sintiéndonos parte de este hermoso planeta llamado tierra.
Un abrazo y hasta otro momento ,

En nombre del Equipo General 

Yolanda Bocanegra Mendoza.

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